La sentencia de la retirada de los crucifijos de Valladolid reabre heridas entre creyentes y no creyentes. La retirada de un símbolo tan importante como es uno de las principales religiones del mundo, significa en España el descontento del 76,7% de la población española.
A su vez esta el caso de las personas no creyentes que son el 23.3% de los españoles, desde su punto de vista no tienen la obligación de presenciar tal signo, pero para las personas creyentes significaría un signo de intolerancia contra una religión con tantísimos seguidores a nivel mundial, que han sufrido, que han sido perseguidos y castigados.
Algunos de los argumentos utilizados por el juez que dicto tal sentencia fueron:
“La presencia de estos símbolos en las zonas comunes del centro educativo público, en el que reciben educación menores de edad en plena fase de formación de su voluntad e intelecto, puede provocar en estos el sentimiento de que el Estado está más cercano a la confesión con la que guardan relación los símbolos que a otras confesiones”.
“El Estado no puede adherirse ni prestar respaldo a ningún credo religioso, ya que no debe existir confusión alguna entre los fines religiosos y los fines estatales. Nadie puede sentir que, por motivos religiosos, el Estado le es más o menos próximo que a sus conciudadanos”.
“Especialmente sensible al tema de la libertad religiosa es la educación, pues en la fase de formación de la personalidad de los jóvenes la enseñanza influye decisivamente en su futuro comportamiento respecto de creencias e inclinaciones, condicionando sus conductas dentro de una sociedad que aspira a la tolerancia de otras opiniones e ideales que no coincidan con los propios”.
Agnósticos y creyentes se han servido durante siglos de tal religión, a modo tanto personal como profesional.
Las entidades cristianas – religiosas a nivel mundial han aportado todo tipo de ideas, ayudas a la sociedad mundial de tal modo que si borrásemos el cristianismo de un plumazo de nuestra historia perderíamos parte de ella.
Todo esto se esta llevando a un término político. En el cual la secretaria general de Partido Popular, Mª Dolores de Cospedal apuntó lo siguiente: “A la mayoría de los españoles no les molesta que haya un crucifijo en las aulas”, más allá va la opinión de Jose Blanco, que afirmaba: “En los colegios públicos no debe haber crucifijos porque hay que respetar las creencias de todo el mundo”, pero debe apuntar tajantemente lo que es respeto y junto que ello la democracía, la realidad del país y si pedimos respeto para unos cuantos, esos cuantos deben respetar a la mayoría.
Por eso desde NN.GG se defiende la libertad, la libertad religiosa, pero sobre todo el respeto por una gran mayoría de personas. Creemos que hay problemas que preocupan mucho más a los Españoles, creemos que el Gobierno es en ponerle solución en lo que debe gastar todas sus energías.
Gloria Izquierdo Elizo
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